Bienvenidos a una nueva historia, la historia de Marina y Dani y su boda civil.

Tuve la suerte de acompañar a esta pareja en uno de los días más importantes de sus vidas.

Su boda fue íntima, sencilla y profundamente auténtica: una ceremonia civil en los juzgados de Zaragoza, seguida de una sesión de fotos que capturó toda la emoción del momento en algunos de los rincones más bonitos de la ciudad.

Esta vez, para romper con la estadística, fue él quien se hizo esperar unos minutos, aunque todo hay que decirlo, no había riesgo de fuga ya que iba acompañado del padre de Marina.

Tras una ceremonia civil rápida en los juzgados de Zaragoza, y ya más relajados, hicieron su salida triunfal entre pétalos y familiares, entre los cuales se encontraba Manu, el hijo de ambos.

Después del "sí, quiero" y tras una cerveza de relajación, cogimos el coche y aprovechamos una genial entrada de luz que había en el parking. Quién dijo que no se pueden sacar fotos increibles en lugares a priori no muy fotogenicos?

Ya en el coche, nos dirigimos a la zona del Parque del Agua, un entorno que mezcla naturaleza, arquitectura moderna y esa luz especial que solo Zaragoza sabe regalar.

Marina y Dani irradiaban felicidad, de esa que no necesita grandes escenarios ni artificios, solo miradas cómplices, sonrisas sinceras y el deseo de disfrutar el momento.

Durante la sesión, paseamos entre caminos tranquilos, puentes y rincones verdes, dejando que el ritmo lo marcara la conexión entre ellos.

No había prisas, solo una pareja recién casada celebrando su amor a su manera.

Gracias Marina y Dani por confiar en mí para contar vuestra historia.

Fue un placer inmenso ser testigo de vuestra unión y convertir esos momentos en recuerdos que perdurarán para siempre.