Esta es la historia de una boda en Guipúzkoa, con Ainara y Álvaro, una pareja a la que conozco desde hace muchos años.

Y qué queréis que os diga, el conocerse de antemano nos ayudó para que los novios se sintieran muy cómodos desde el primer momento del reportaje de su boda.

Fue un día especial, mi primera boda en Guipúzkoa, Euskadi, caras conocidas… nada podía salir mal.

Por la mañana cuando llegué, ya empecé a hacer fotos durante la sesión de maquillaje de Ainara.

Después, llamé a Álvaro y quedamos para comer juntos y ponernos al día. De ahí a su casa a que se cambiase.

Durante los preparativos comenzaron los nervios en las familias, pero tras la ceremonia, los nervios se disolvieron y era tiempo para disfrutar.

Y disfrutamos mucho por Donosti dando un paseo por los alrededores del palacio de Miramar y sus caminos entre la playa de la Concha y la de Ondarreta.

Una vez en el restaurante, los invitados disfrutaron de muy buena comida y sobre todo, muchos ánimos entre los invitados que no pararon de divertirse desde el principio al final de la noche.

Ainara, Álvaro, sois maravillosos y me hizo especial ilusión que confiarais en mí.

Ahí van las fotografías de esta gran boda...