Bienvenidos a una boda en Blanco y Negro en el Hotel Hiberus.
Y no es que yo sea de esos fotógrafos que huyen del color, todo lo contrario, me considero un fotógrafo colorista, pero siempre tiene que haber una excepción que confirme la regla.
Dicho esto, os contaré una bonita historia de una familia de La Cartuja que irradia amor por los cuatro costados.
El día comenzó en casa de los padres de Raúl, en la que nos esperaba el propio Raúl, y Alejandro, el hijo de la pareja que es un terremoto de cuidado.
Trajes duplicados y zapatos duplicados, aunque con bastante diferencia en tallas, ya que Raúl pasa el 1,90 de altura y Alejandro no llegará ni al 1,20…
Después marchamos hacia casa de los padres de Raquel, donde se notaban un poco más los nervios.
Tras los preparativos, nos esperaba toda la gente en la iglesia de La Cartuja, donde hubo risas, lloros y música.
Aprovechando el lugar, nos acercamos al parque amurallado que hay detrás de la iglesia, una zona muy bonita.
De vuelta a Zaragoza, rumbo al Hotel Hiberus, donde ya esperaban los invitados impacientes por ver a los novios.
Y ahí empezó la fiesta. Una entrada muy divertida, una canción muy especial y una batucada muy animada nos amenizó la tarde de jóvenes y mayores.
Alejandro se volvió loco con los tambores. Estoy seguro que va a ser músico de mayor…
Después de todo este festín, con regalos incluidos, llegó el momento de abrir el baile y empezar la fiesta.
Y la fiesta empezó, pero tardó en acabar…
Nos fuimos con muy buen sabor de boca por el día que habíamos pasado, pero sobre todo por las fotos que nos llevamos de este día.
Espero que las disfrutéis!!
Créditos:
Lugar: Hotel Hiberus (Zaragoza)
Segunda Fotógrafa: Unpardedos